martes, 17 de agosto de 2010

Extrañas lágrimas surcaron el cuadro de la última cena

Sábado 12 Junio 2010



por María Angel

EN YERBA BUENA, TUCUMÁN

Extrañas lágrimas surcaron el cuadro de la última cena

Está en el oratorio de la iglesia Sagrado Corazón. Fue descubierta por tres jóvenes que rezaban frente al relieve de la Última Cena. Una multitud comenzó a acudir al templo.
Algunos dicen que es “un mensaje” de Dios. La Iglesia pide cautela.


La supuesta aparición de sangre que emana de uno de los ojos de una imagen de Jesús, en el interior de un templo católico causa conmoción en la
localidad de Yerba Buena y otros sectores de la provincia de Tucumán.

Sábado 12 de Junio de 2010 | La sustancia roja comenzó a salir a las 14.30 de uno de los ojos de Cristo, según tres fieles. Una multitud se dio cita en el templo de la
avenida Aconquija para ver de cerca la figura del rostro de Jesús.
Interpretación y cautela.

La noticia conmocionó primero a los vecinos de Yerba Buena y luego a los de San Miguel de Tucumán. Alrededor de las 15 era un secreto a voces: “Jesús llora lágrimas de
sangre en el Oratorio del Sagrado Corazón de Jesús, vayan a verlo…”
Tres personas que estaban adorando al Santísimo se percataron del
fenómeno alrededor de las dos y media. “No sabemos cuándo comenzó el
suceso, pero casi al unísono nos percatamos del hecho. Yo estaba
sentado a unos tres metros y al comienzo dudé… Cuando vi que una
adoradora observaba de cerca el cuadro de la Ultima Cena, de inmediato
me acerqué y comprobamos que Jesús había llorado lágrimas rojas -que
tenían aspecto de sangre- y le surcaban el rostro. Le informamos al
padre Jorge Gandur, que vino luego y corroboró junto con otros
sacerdotes lo sucedido…”, narró a LA GACETA Jorge Iramain, que advirtió
el fenómeno junto a Mercedes Macome y Luciana Müller.


Cuando llegó LA GACETA era impresionante la cantidad de gente que llegaba al lugar, se sumaba al rezo del Rosario y hacía cola para ingresar al oratorio y observar de
cerca el fenómeno. “Quienes tenemos fe sabemos que se trata de un
mensaje de Dios. Estas lágrimas que derramó Jesús, justo a la hora de
la Divina Misericordia, es una muestra del sufrimiento por las ofensas
que recibe de los hombres”, expresó Hilda Inés Frías, que llegó con su
hija María Emilia.
“Debemos ser cautos en estas circunstancias. Llamamos a tres bioquímicos para que tomen muestras, las analicen en sus laboratorios y luego cotejemos los resultados”,
respondió, con mesura, el padre Gandur.

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