lunes, 15 de agosto de 2011

PREPARACIÓN PARA HACER LA CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN MARÍA


Oración de Consagración de la Familia
a los Sagrados Corazones de Jesús y María






Santísimos corazones de Jesús y María, unidos en el amor perfecto, como nos miráis con misericordia y cariño, consagramos nuestros corazones, nuestras vidas, y nuestras familias a Vosotros. Conocemos que el ejemplo bello de Vuestro hogar en Nazaret fue un modelo para cada una de nuestras familias. Esperamos obtener, con Vuestra ayuda, la unión y el amor fuerte y perdurable que Os disteis. Qué nuestro hogar sea lleno de gozo. Qué el afecto sincero, la paciencia, la tolerancia, y el respeto mutuo sean dados libremente a todos. Qué nuestras oraciones incluyan las necesidades de los otros, no solamente las nuestras. Y qué siempre estemos cerca de los sacramentos. Bendecid a todos los presentes y también a los ausentes, tantos los difuntos como los vivientes; qué la paz esté con nosotros, y cuando seamos probados, conceded la resignación cristiana a la divina voluntad de Dios. Mantened nuestras familias cerca de Vuestros Corazones; qué Vuestra protección especial esté siempre con nosotros. Sagrados Corazones de
Jesús y María, escuchad nuestra oración. Amén.





En el archivo adjunto las indicaciones del Cielo para realizar esta consagración
a los triunfante Corazones.



Consagración de las Familias.doc




La Coronación de María como Reina del País


Consagren sus parroquias, ciudades y naciones al Inmaculado y triunfante Corazón de María, hablen con sus sacerdotes y para que lo realice en Misa. ¡Oh Madre! Queremos consagrarnos todo tuyos. Y por eso te reconocemos a partir de este día Como Reina de nuestra familia y país. Virgen María, hoy
consagramos nuestras vidas a tu Corazón Inmaculado. Sentimos necesidad constante de tu presencia en nuestras vidas, para que nos protejas, nos guíes y
nos consueles.


Sabemos que en Ti nuestra alma encontrará reposo y la angustia en nosotros no entrará. Santísima Virgen María, Madre del Buen Pastor, Reina del Cielo y de la Tierra, nosotros nos consagramos de modo especialísimo a tu Corazón Inmaculado. Consagramos enteramente a tu Inmaculado Corazón nuestra república, para que selles con la sangre de Cristo a todos los habitantes y dirigentes de nuestro pueblo bendecido por tu gracia.

Dios nos conceda la Gracia de vivir para Ti, de amar a tu Corazón Inmaculado con todo nuestro ser, y que seas Tú, Madre nuestra, la que limpie nuestras almas y las purifique. Amadísima Madre, enséñanos a amar a Jesús. Haznos dignos de Jesús y de ti, Madre, y que la Consagración de este día, nos una más a Ti y a tu Hijo. Santa María, Reina de nuestro pueblo, ¡Ruega por nosotros! ¡Ruega
por los jóvenes! ¡Ruega por las familias! Amén.
La Coronación de María como Reina de la Familia

Este acto íntimo del hogar constará de dos signos. El primero será la coronación de una imagen de la Virgen María en el hogar como Reina de la Familia (1) y el segundo la consagración de sus miembros al Corazón Inmaculado de María. De tal manera que la coronación de la imagen de la Virgen no es más que un signo exterior de la entrega confiada y consagración total de nuestras vidas al
Inmaculado Corazón de la Madre de Dios y nuestra.

La Imagen a coronar será la que más concite la devoción de la familia. Puede ser cualquier advocación aprobada por la Iglesia. Por supuesto que cuando esté presente la Imagen del Niño Jesús, se la coronará también, antes que la Virgen. De Él deviene la Realeza de María. Si se tratase de un cuadro, la corona (o las coronas) se pueden colocar sobre el mismo.

Para la coronación se realizara, preferentemente de manera artesanal, una pequeña corona de Reina (2), o en su defecto se puede comprar o adecuar una, para colocar sobre la
cabeza de la imagen de la Virgen en un día especialmente elegido, preferentemente un día de una fiesta mariana o de una advocación de la Virgen.

Esta coronación, como dijimos, será signo visible de la consagración del hogar, la familia y todos sus miembros, los trabajos, quehaceres, penas y alegrías de todos los integrantes, a Dios en las manos y bajo el imperio del Inmaculado Corazón de María Santísima, la cual será desde ese día la Reina del hogar. La familia y sus miembros se comprometen a vivir las virtudes cristianas y marianas, rezando
cada día tres avemarías como desagravio por los ataques a la pureza de la
Virgen María. Y en cuanto dependa de todos, el rezo del Rosario y la
participación de la Santa Misa.

Todo hogar está llamado a esta devoción y consagración al Corazón Inmaculado de María. En un siglo donde la institución familiar querida por Dios ha sufrido grandes ataques y muchas de las familias están rotas y sufrientes, la Virgen María viene a reparar y curar,
a unir y consagrar. Incluso una madre que viva sola con su hijito, una persona soltera que viva sola o un sacerdote en su casa parroquial, pueden y deben
coronar a la Virgen en su casa consagrándose a Ella para Dios. También se podrá
coronar en asilos de ancianos, hospitales, albergues para necesitados, etc. Por
la consagración de nuestro hogar y familia a la Virgen María y nombrándola
Reina, Ella protegerá nuestra casa como su propia casa y nos llevará hacia
Jesús.

“Reinad, Madre y Señora, señalándonos el camino de la santidad, dirigiéndonos, a fin de que nunca nos apartemos de él.” (Pío XII,
1/11/54)

La fecha elegida de coronación y consagración será recordada especialmente cada año por la familia con un encuentro especial y el rezo del Rosario, renovando la adhesión al Corazón Inmaculado de María.

"Yo he elegido y santificado esta casa … para que en ella sea invocado mi nombre y para morar en ella por siempre" (Pío XII, 12/10/54)

Acto de coronación y Oración de consagración

La imagen debe estar iluminada por una vela, símbolo de la presencia de Cristo que prometió su presencia entre quienes se reúnen en su Nombre. También debe haber flores naturales en honor de nuestra Reina. Se pueden rezar estas oraciones que proponemos u otras. La primera, individual, de san Luis María de Montfort. La que ofrecemos para toda
la familia está compuesta en base a dos oraciones dictadas por la Virgen María
a Gladys Motta en San Nicolás de los Arroyos, Argentina.

Se comienza el acto de coronación haciendo la Señal de la Cruz, y rezando un Credo para pedir a la Virgen que conserve la fe católica de nuestros hogares y de todos nuestros
países. Se puede agregar un cántico y luego, en silencio, cada uno se consagra
personalmente a la Virgen según su devoción personal. Y todos pueden decir la
oración de San Luis María y el Papa Juan Pablo:


Soy todo tuyo, Reina mía y Madre mía y todo lo que tengo tuyo es.

Se procede entonces a colocar en la cabeza de la imagen de María la Corona por parte de uno de los miembros de la familia diciendo:

¡Santa María, Madre de Dios y nuestra, te coronamos como Reina de nuestra familia!

A continuación se realiza la Consagración de las personas y todos juntos dicen la

Oración de consagración de la familia

¡Oh Madre! Queremos consagrarnos a Ti. Y por eso te reconocemos a partir de este día. Como Reina de nuestra familia. Virgen María, hoy consagramos nuestras vidas a Ti. Sentimos necesidad constante de tu presencia en nuestras vidas, para que nos protejas, nos guíes y nos consueles. Sabemos que en Ti nuestra alma encontrará reposo y la angustia en nosotros no entrará. Nuestra derrota se convertirá en victoria,
nuestra fatiga en Ti fortaleza es. Dios
nos conceda la Gracia de vivir para Ti, de amar a tu Corazón Inmaculado con
todo nuestro ser, y que seas Tú, Madre nuestra, la que limpie nuestras almas y
las purifique. Amadísima Madre, enséñanos a amar a Jesús. Haznos dignos de Jesús y de Ti, Madre, y que la Consagración de este día, nos una más a Ti y a tu Hijo. Santa María, Reina de nuestra familia, ¡Ruega por nosotros! ¡Ruega por los jóvenes! ¡Ruega por las familias! Amén.


Finalmente se reza el Santo Rosario como una corona de rosas para el Señor y nuestra Madre. Al final se agregarán tres Ave Marías en desagravio al Corazón Inmaculado de María, costumbre diaria a la que se comprometen los miembros de la familia, desde hoy, propiedad de la Reina del Cielo.





La Inicia 28 de Abril y termina el 31 de Mayo (Fiesta de la Visitación) Sea cual fuere la preparación que usted haga, hay cuatro partes:

1. Los 12 días preliminares es el alejarse del Espíritu del Mundo, separándose usted
mismo tanto como sea posible del mundo y del pecado.

2. La 1er semana es del Conocimiento del Ser, entender mejor a uno mismo, vaciar
nuestro ser del ego para abrir camino a la venida de Jesús y María.

3. La 2a semana es el Conocimento de María, entendiendo Su rol en nuestra
vida espiritual y santificación, y que María es el medio más efectivo
para llegar a
Jesús.

4. La 3a semana es el Conocimiento de Jesús, reconocer que Él es nuestro ultimo Fin y Señor Supremo, y
aprender a imitar Sus virtudes y perfecciones.

La preparación puede hacerse en privado en casa.
Siguiendo las indicaciones del archivo anexo metodo_consagracion_virgen.doc


Podemos hacer el Acto de Consagración al siguiente día después de los 33 días de preparación. Antes de hacer el Acto de Consagración debemos ir a
confesión. El día de la Consagración, debemos ir a recibir la santa comunión,
seguido por la recitación y actuación del Acto de Consagración dado cerca del
final de su libro de consagración.

En la Fiesta de la Visitación nos podemos reunir para hacer el Acto de
Consagración y Coronación de la Virgen. Aun aquellos que ya hicieron la
consagración antes pueden hacer su renovación en este momento, y unirse
en espíritu con todos a su alrededor y en el mundo que también lo están
haciendo en ese mismo
momento.

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